Papá, ¿porqué somos de una Peña?


Foto: Javier Encisa de Sá


Una agrupación recreativa, una asociación deportiva, un grupo de aficionados,…
Pocas personas definen con corrección qué es una “Peña” y sin embargo todo el mundo tiene una idea más o menos aproximada de lo que representa.

Estos últimos días hemos escuchado hablar mucho de las Peñas del Celta y de los problemas que éstas habían tenido para conseguir entradas para el festivo, más que  decisivo, partido contra el Córdoba. Es una lástima que el R.C.Celta, por las circunstancias que fuesen, no hubiese organizado las taquillas de otro modo. El daño está hecho, y ya habrá tiempo de comentarlo y mejorar para que no se repita en el futuro.

Supongo que no se esperaban una respuesta masiva como la que se ha dado, vendiendo todo el papel en cuestión de día y medio. No los culpo por ello, al fin y al cabo, yo tampoco pensaba que después de haber dejado a la deriva al equipo durante años apareciesen de repente tantos aficionados de última hora para alzarse como pseudoprotagonistas de un ascenso que se han ganado los 20 futbolistas, el cuerpo técnico, los trabajadores del Club, el presidente D. Carlos Mouriño y el resto de directivos…y aficionados como los 13.099 que hace un par de semanas ayudaron a levantar la situación crítica que vivimos en el épico Celta-Xerez.

Tampoco voy a darle más bombo a esto. Ojalá el comportamiento del estadio lleno sea similar al del mágico día de los 13.099. Ojalá! Y sobre todo…ojalá los que vengan se queden para ayudar el año que viene!

El caso es que durante estos días escuché comentarios que venían a decir que no entendían por que las diferentes peñas deberían tener derecho a que se les tuviese en cuenta a la hora de repartir las entradas.

Por supuesto que no representan a la totalidad del Celtismo, pero desde luego que las peñas cumplen un rol muy importante ya que el fin principal de las mismas es fomentar y coordinar el apoyo, seguimiento y animación a los distintos equipos del R.C.Celta, promoviendo a su vez, otras actividades recreativas o culturales que tenga que ver con el Club.

De hecho, cada viaje, evento o animación que se organiza alrededor del entorno celeste suele tener algo que ver con alguna peña. ¿Quién duda de lo que representa Comando Celta, Carcamáns o Centolos en la grada de Marcador?¿Qué decir de la irrupción de ese magnífico grupo de Irmandiños en Río Bajo?¿Qué sería del Celta si no tuviese el empuje de Blau Cel por los estadios del Mediterráneo? Y todo ello, sin ánimo de lucro, ofreciendo su ayuda y cooperación al Celta en cada momento.

Evidentemente, me dejo en el tintero a muchas otras peñas situadas por la geografía de Galicia, España o el resto del mundo.

Y es que es un motivo de orgullo que allá donde uno vaya, exista un grupo de celtistas organizado. Y es ahí dónde quiero llegar: las peñas de fuera de Vigo no han podido desplazarse hasta Balaidos para hacerse con un paquete de entradas y desde luego, que por su trabajo en pro del Celta merecen el mínimo reconocimiento de que se hubiese realizado una reserva de entradas para ellos.

Estos días se habla mucho del sentimiento de un verdadero celtista. Hay quien cree que deberían expedirse carnets de celtismo en base a su asistencia a Balaidos, pero así podemos caer en el error de meter en el mismo saco al “celtista” que vive en Coia o Bouzas y no acude nunca al campo; y aquellos que residen en A Guarda, Ourense, Compostela o Guadalajara y no siempre pueden acudir a ver al equipo de sus amores.

Por poner un ejemplo cercano: tengo el honor de presidir la Peña Celtista do Milladoiro (Ames, A Coruña) en la que nos hemos organizado como una sociedad cooperativa en la que gracias a las aportaciones económicas de 75 peñistas hemos adquirido una serie de abonos que facilitan que una buena parte de estos celtistas en la diáspora puedan acudir varias veces por temporada al estadio.

Labores como ésta en las  diferentes peñas permiten acudir a nuestro ya entrañable Balaidos a celtistas de lugares remotos. Algunos son abonados incluso a sabiendas de que podrán disfrutarlo muy pocas veces al año. Son de otra pasta. Celtistas que sienten un cosquilleo especial cuando se aproximan a Vigo. Por eso, aunque no hayan pasado su carnet cada 15 días por el torno de Balaidos, su alma ha estado siempre entre los 13.099 que han llevado al equipo en volandas, jornada tras jornada. 

@braisinhoalonso

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