Ignacio Pinacho no es el socio más antiguo del Celta –ese honor le corresponde a otro ilustre, Basilio Ferreiro–, pero sí es uno de los aficionados de más edad que nunca fallan en Balaídos.
A sus 95 años –en el mes de abril cumplirá los 96–, no se pierde un partido y ayer el club quiso premiarle por su fidelidad. Vlado Gudelj, Atilano Vecino, Cristian Bustos y David Catalá le entregaron una camiseta con su apellido y su edad en el dorsal en un homenaje que se celebró en la sede de la peña 'Rikitrí'. Pinacho es un vigués de pura cepa –'nací en la calle Colón', advierte– y un apasionado del fútbol. En su juventud, allá por los años cuarenta, militó en distintos equipos de la ciudad, como Coya, Arenal o Arenas de Alcabre –'jugábamos con pelotas de trapo', rememora–, con los que tuvo el placer de enfrentarse en más de una ocasión al Celta. 'Comesaña –entrenador del conjunto celeste por aquel entonces– cogía a jugadores de los otros equipos de Vigo e íbamos a entrenar con ellos. Jugábamos un partido de entrenamiento y me enfrentaba a futbolistas como Nolete, Alvarito, Ribas... Además, recuerdo Balaídos totalmente inundado. Siempre pasaba cuando subía el Lagares'.
Han pasado los años y a pesar de alguna etapa en la que por uno u otro motivo no pudo asistir a Balaídos con asiduidad, conserva la misma pasión por el Celta de cuando era un chaval. Eso sí, para él cualquier tiempo pasado fue mejor y admite que el equipo le da ahora más de un disgusto. 'Sigo yendo. Cada año me hago socio. Ahora lo veo muy mal, porque me desespero', explica Pinacho.
SUS RECUERDOS
Las maravillas de Fuentes y los goles de córner de Roig
Ignacio Pinacho no duda ni un momento cuando se le pregunta quién fue el mejor jugador que ha visto vestir la camiseta del Celta: 'El medio Fuentes –militó en el conjunto celeste entre 1939 y 1946– era maravilloso. En aquella época, el barro le llegaba hasta las rodillas a los jugadores, pero él, con su constitución floja, porque era muy poca cosa, se la ponía en los pies a Pahíño. Nunca tuvo un jugador el Celta como él', explica. También destaca al canario Roig, que en los años cuarenta se hizo famoso por su habilidad para marcar tantos imposibles. 'Tiraba de córner a la portería. Si había seis córners, eran tres goles los que marcaba', rememora.
Texto y Fotografía: Atlántico Diario
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