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| Fot: Ricardo Grobas/Faro de Vigo |
El Celta salió derrotado en la locura de Balaídos, un partido con varias alternativas en el marcador, con siete goles, y en el que la eficacia del Sevilla, y la actuación arbitral y del VAR marcó la diferencia. Con 3-4 en el marcador, Facu Ferreyra sufre una agresión en el área y ni tan siquiera se revisa la acción en un penalti que parece clarísimo. Una pena porque las opciones europeas quedan reducidas al mínimo.
De entrada, como viendo siendo habitual, no hubo sorpresas en el once. Fontán ocupó el sitio del sancionado Murillo, acompañando a Aidoo en el eje de la zaga, y el resto del equipo fue el previsible, con Ivan Villar en la portería, es un decir, Hugo Mallo y Aarón en los laterales. Centro de campo para Tapia, Denis Suárez, Brais Méndez y Nolito, y arriba la pareja habitual: Iago Aspas y Mina.
El partido fue loco desde el principio, ya que el Sevilla tardó siete minutos en adelantarse. Fue en la salida de un córner, cuando Koundé se impone a sus marcadores y dobla las manos de Iván Villar con su remate.
El Celta supo reponerse bien, y a diez minutos después Santi Mina gana el duelo a Koundé, se adelanta y fuerza un penalti que transformaría Iago Aspas para poner la igualada en el marcador. Y casi a renglón seguido llegó el 2-1, en una acción en la que Denis Suárez regala un enorme pase a Aspas que el moañés agradece embolsando el segundo tanto.
Tras el tanto del Celta tuvo que retirarse Santi Mina con problemas musculares. Facundo Ferreyra ocupa su puesto en la delantera celeste. El argentino entró antes de otra nueva locura, con la que se cerraría la primera mitad.
En el minuto 34 Fernando conecta un disparo desde la frontal, con la mala fortuna de que rebota en Aidoo y sorprende a Iván Villar para el empate a dos. El Celta respondería en el 42 con un robo de Brais en el centro del campo, el mosense habilita a Denis, que le devuelve un gran pase para el 23 del Celta ponga el 3-2 en un derroche de clase. Gran acción de Aspas en el gol, dejando pasar el balón con inteligencia.
La segunda parte fue del Sevilla, que se impuso por la superioridad física que da tener banquillo. En el minuto 59 empató Rakitic, y a quince minutos para el final del encuentro, Papu Gómez aprovechó un regalo de Aidoo, y batió a Iván Villar sin mayor problema para poner el 3-4.
Mereció más el Celta, porque además Ferreyra fue objeto de un clamoroso penalti por parte de Fernando. El zaguero sevillista rompió la nariz y el labio al delantero argentino. Hernández Hernández no apreció infracción, y el VAR o no entró, o entendió que la acción no era punible. Un jugada que en el centro del campo sería falta y amarilla para el sevillista sin ninguna duda.
Derrota dura, en un partido que en todo caso fue bastante divertido, y que deja al Celta muy lejos de Europa.
