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| Foto: Juan Manuel Serrano Arce / Getty Images |
El parón navideño suele servir a los jugadores para limpiar la meta, evadirse del fútbol durante unos días y regresar con las pilas cargadas para afrontar la segunda parte de la temporada. Si se aprovecha suele tener efectos positivos para todos los jugadores, y si alguien necesita un reseteo ese es Ferran Jutglà. El catalán sigue sin ofrecer lo que se esperaba de él cuando el Celta decidió invertir más de 5 millones de euros en su fichaje el pasado verano.
El atacante catalán llegaba con el aval de su rendimiento en el Brujas, donde no solo había destacado en el campeonato belga, sino que contaba con una importante experiencia en competiciones europeas, con un rendimiento notable defendiendo a su equipo. Su llegada a un Celta bisoño en competiciones continentales parecía ideal para ser decisivo en esta competición y también en los campeonatos domésticos.
En verano se le vieron cosas muy interesantes que venían a refrendar el acierto de su operación. No marcó durante los amistosos de verano, lo cual no era preocupante, pero ofrecía alternativas muy prácticas a su entrenador, pudiendo jugar en varias posiciones del frente de ataque. Eso que en verano no era preocupante empezó a serlo con el paso de los partidos oficiales. En las primeras jornadas gozó de ocasiones clarísimas para abrir su cuenta goleadora, pero siempre faltaba algo. O precisión en el tiro o que el guardameta rival no realizase la parada de su vida.
La sensación era que cuando llegase el primer empezarían a caer más goles, porque su rendimiento era bueno. El gol se resistió pero llegó de forma exuberante, con un tanto de bellísima factura en un partido ante Osasuna en El Sadar el 26 de octubre. Ese mismo día acompañó su rotunda actuación con otro gol en la segunda mitad. Parecía que ese partido marcaría el despegue de Jutglà, pero no ha sido así.
Su bloqueo sigue estando ahí, algo que incluso reconoció Claudio Giráldez en la rueda de prensa al partido del pasado sábado: "No ha estado a su mejor nivel por una parte psicológica suya, por un exceso de responsabilidad. Ha hecho partidos buenos y otros en los que no ha estado a su mejor nivel, seguramente porque su cabeza le está hablando en negativo", explicó.
Estas navidades deben servir para ese necesario reseteo y que Jutglà simplemente vuelva a jugar al fútbol como siempre ha hecho. Dejando atrás ese exceso de responsabilidad y limpiando la mente de todo lo que ha vivido en el club celeste. Contar con el mejor Jutglà será muy necesario para lo que tiene por delante el equipo celeste en esta apasionante segunda parte de la temporada.




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