Pero, ¿quién es David Ramil Eiriz?. A continuación os vamos a mostrar quien se esconde detrás de la figura del presidente de Resistencia Celta.
David Ramil nació en Chantada en 1982, pero es un ciudadano del mundo. Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidade de Santiago, con un Máster en Administración Local de la misma institución, cursó estudios de Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid y se especializó en Comercio Exterior y Marketing Internacional en la Universidad Politécnica de Madrid. Además, se formó como gestor deportivo en el II Congreso Ibérico de Gestores Deportivos, celebrado en Santiago de Compostela en 2006.
Reside en Chipre desde 2016, aunque su vida dio muchas vueltas hasta llegar a esa hermosa isla ubicada a orillas del Mediterráneo. Siendo muy joven, abrió un pub en Chantada, se trasladó a Malta para aprender inglés mientras trabajaba como camarero, y puso en marcha una empresa de exportación. Vivió en países tan diversos como Suecia o Italia, y finalmente, en 2016, se estableció en Chipre, donde comenzó como agente de bolsa y analista financiero en una multinacional con oficinas en Sydney, Malasia, Uruguay, China y Hong Kong.
En la actualidad, trabaja para una empresa financiera de origen australiano. En Chipre, también estableció dos compañías propias, una dedicada a la intermediación y otra al procesamiento de pagos. Además, es fundador y presidente de la entidad sin ánimo de lucro Fuertes Razones, registrada en la Xunta de Galicia. Esta organización fue creada en 2020 con el objetivo de promover un movimiento ciudadano global inspirado en la defensa de la Carta Internacional de los Derechos Humanos y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.
Celtista de corazón
David Ramil ha sido celtista desde que tiene memoria. Su padre lo llevaba a Balaídos desde que era un niño, incluso antes de la construcción de la actual autovía que une Ourense y Vigo. Solían hacer una parada en A Cañiza para reponer fuerzas con bocadillos. Su posición en el terreno de juego influyó en la elección de su primer ídolo: Mirolad Ratkovic. En homenaje al extremo serbio, David lucía el número 7 en su camiseta cuando jugaba.
El primer partido en Balaídos siempre es un recuerdo imborrable para cualquier celtista, pero el joven David guardó en su mente aquel 22 de noviembre de 1992. Ese día, el Sevilla visitó Balaídos con Diego Armando Maradona en sus filas. El Celta también contaba con jugadores míticos, como Cañizares, Otero, Patxi Salinas, Vicente, Gudelj y, por supuesto, Ratkovic. A pesar de que el Sevilla ganó con un golazo de libre directo de Maradona, la estrella del partido fue el árbitro Díaz Vega, quien expulsó a Juric, Engonga, Gudelj y, desafortunadamente para David, a Ratkovic. El partido terminó con disturbios que llevaron a la clausura de Balaídos para los dos siguientes encuentros.
Los 133 kilómetros que separan Chantada de Vigo no eran un obstáculo para mantenerse al tanto de las noticias de su club, con el Faro de Vigo como su principal fuente de información. David Ramil compraba este periódico una o dos veces por semana para obtener información de primera mano sobre el Celta. Incluso tuvo la oportunidad de participar en un campus del Celta al que asistieron Michel Salgado y Mostovoi.
Con el objetivo de fomentar el celtismo entre los jóvenes de su localidad natal, en 2012 refundó la histórica peña "Chantada co Celta", cuyos orígenes se remontan a la década de los años 60. La peña sigue activa y David Ramil continúa siendo su presidente. Gracias a esta asociación, muchos jóvenes de Chantada han tenido la oportunidad de asistir a Balaídos para presenciar en directo partidos del Celta.
Más allá del Celta
Además de su extenso currículum y su pasión por el Celta, David Ramil es un filántropo. En 2019, viajó desde Chipre a Siria con una escala en Líbano. Allí fue recogido por personas que solo hablaban árabe, a quienes no conocía, y se aventuró en el país con documentación clandestina. Tuvo que sortear numerosos controles militares para ingresar a un país en guerra, una tarea que parecía imposible en ese momento, dado que ISIS aún estaba activo y cometiendo atentados. Su objetivo era presenciar de cerca la catástrofe humanitaria más devastadora del siglo XXI, más allá de lo que informaba la prensa, y transmitir a la población local que no estaban solos, que no todos veían su tragedia con indiferencia y que compartía la injusticia que sufrían.
Allí pudo presenciar de cerca la tragedia sin la barrera de la distancia, sintiendo el dolor casi en carne propia y enfrentando los riesgos de estar en un país en guerra. Esta experiencia demostró su valentía, algo que también puso de manifiesto cuando entrevistó en persona a un narcotraficante mexicano para su canal de YouTube, o la que demostró cuando siendo muy joven fue diagnosticado de una enfermedad rara que casi le cuesta la vida. Los desafíos nunca han sido un problema para él.
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