Carles Pérez y el vértigo


Foto: EFE

Carles Pérez fue la gran batalla del Celta en el pasado mercado de verano. Eduardo Coudet solicitó su fichaje, y contaba con el visto bueno de la secretaría técnica celeste, encabezada por el asesor externo, Luís Campos, que movió sus hilos para convencer al catalán. Después de varias semanas de idas y venidas, el futbolista catalán llegó a Vigo ilusionado con el reto de mostrar el fútbol que lleva en sus botas tras un año complicado en la Roma. 

Fue una de las últimas incorporaciones, y le costó mucho hacerse con su fútbol. Se le veían maneras, pero muy a cuentagotas, así que en las primeras jornadas nos tuvimos que conformar con detallitos y poco más. Justo cuando Eduardo Coudet estaba haciendo las maletas para irse empezaba a alcanzar su mejor estado de forma, y tras la llegada de Carvalhal solo ha crecido. 

Renunció a una semana de vacaciones para ponerse en forma por su cuenta, y llegar a la pretemporada otoñal en plena forma. Su trabajo se ha notado, y el rendimiento individual solo ha ido a más desde entonces.  Ayer firmó un buen partido, que arrancó de forma pletórica con un golazo marca de la casa que finalmente sería bien anulado porque se llevó el balón con el brazo en la jugada previa a la arrancada vertiginosa. 

Ese vértigo precisamente es el que levanta a la afición de sus asientos. La velocidad con la que ejecuta sus movimientos y la constante sensación de peligro cuando tiene el balón en las botas despierta la ilusión de la afición. Por sus botas pasan gran parte de las opciones de salvación del Celta, y en la medida en la que se entienda bien con Iago Aspas, su influencia sobre el equipo será mayor, pero las sensaciones que empieza a dejar son cada vez mejores. 

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