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| Foto: Ricardo Grobas / Faro de Vigo |
Cuando el Celta traspasó a Néstor Araújo al América de México tenía por delante la misión de encontrar un futbolista que ocupase el hueco dejado por el central mexicano, que durante cuatro años, con mayor o menor regularidad, ostentó la titularidad en el eje de la zaga. Además la pasada temporada había formado una gran pareja junto a Joseph Aidoo, y romper esa dupla conllevaba cierto riesgo.
Para esa demarcación el Celta apostó por reforzarse con Unai Núñez, central que llegaba a Vigo procedente del Athletic Club, y Óscar Mingueza, fichado desde el Barcelona. Los dos contaban con cierta experiencia en la máxima categoría, especialmente el primero, y parecían dos buenas incorporaciones, pero siempre es el tiempo quien pone en su lugar a todos los futbolistas.
Todavía han transcurrido cuatro jornadas de Liga, por lo que quizás este análisis llega de forma prematura, pero por lo visto hasta ahora, Unai Núñez ha encajado como un guante en el esquema de Eduardo Coudet, formando una pareja muy bien avenida con Aidoo. Tras dos primeros partidos complicados, en los que el Celta encajó demasiados goles, los ajustes realizados por la zaga han permitido dejar la portería a cero en los dos últimos encuentros, ante Girona y Cádiz.
Pero quizás lo más sorprendente es que viéndolos jugar no da la sensación de que acaban de encontrarse. Su entendimiento está siendo una de las notas más positivas de lo que va de temporada, y un canto a la esperanza. Acertar con el sustituto de Araújo no era sencillo, y aunque será la temporada quien dicte sentencia, hasta ahora parece que el acierto ha sido total con Unai Núñez.
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