El Celta ha sacado más puntos contra los equipos de Champions que con los recién ascendidos

Pase lo que pase en las dos últimas jornadas, la temporada del Celta debe ser calificada como desastrosa. Aún puede ser dramática, pero la salvación no evitará el desastre. Resulta complicado entender cómo es posible hacerlo tan mal con la plantilla que consiguió reunir el Celta, especialmente si comparamos los resultados que ha conseguido el equipo ante los recién ascendidos con los que logró frente a equipos de Champions. 

De los seis partidos que ha disputado ante Granada, Osasuna y Mallorca solo ha logrado tres puntos. Uno ante cada uno de ellos. Perdió en casa con el Granada (0-2) y empató en Los Cármenes (0-0). Ante el Mallorca empató en Balaídos (2-2) y cayó claramente en Palma (5-1). Tampoco pudo con Osasuna, con el que empató en casa (1-1) y perdió en El Sadar (2-1). 

Cuatro puntos son los que ha conseguido el Celta ante los tres equipos con más presupuesto de La Liga. Con el Real Madrid logró empatar en el Bernabúe (1-1) aunque cayó claramente derrotado en Balaídos. También fue goleado en Barcelona, pero arrancó un empate en casa ante los culés (2-2), y ante el Atlético logró un punto en el Metropolitano y otro en Balaídos. Si extendemos la consulta al otro equipo de Champions, el Sevilla, nos encontramos con una victoria en casa (2-1), y un empate en Nervión (1-1). Si hacemos el cálculo con el equipo que jugó la Champions este año, el Valencia, también encontramos un triunfo en Balaídos (1-0), y una derrota en Mestalla por el mismo resultado. 

¿Cómo es posible sacar mejores resultados ante equipos de Champions que ante los recién ascendidos?. Es algo absolutamente inexplicable, más si tenemos en cuenta que uno de ellos lleva toda la temporada en puestos de descenso, y que ante estos equipos los resultados tampoco son mucho mejores. Contra el Leganés cayó en Butarque y venció en Balaídos, y ante el Espanyol solo ha jugado un partido y acabó con empate con el Celta como local. Un desastre difícil de entender, pero que sitúa al equipo de Óscar García en una complicada posición a falta de dos jornadas para el final.