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| Foto: Salvador Sas |
Aunque ya lo habíamos visto en el Memorial Quinocho, el del sábado fue el primer partido oficial de Joseph Aidoo en Balaídos, y por tanto la primera ocasión para muchos de los 20.000 aficionados allí presentes, que salieron de Balaídos mayoritariamente convencidos del acierto de su fichaje.
Es pronto todavía para extraer conclusiones. La temporada es larga y esto va a dar muchas vueltas, para bien y para mal. Todos recordamos otros debuts, igualmente convincentes, de jugadores a los que Balaídos finalmente suspendió. El caso de Roncaglia es uno de los más evidentes. Sus primeras impresiones nada tuvieron que ver con la que dejó en los años siguientes.
Pero al margen de esta obviedad, lo cierto es que la actuación de Aidoo es un canto a la esperanza. El Celta invirtió este verano 8 millones de euros para hacerse con sus servicios. Una inversión muy importante, que el jugador debe ratificar con buenas actuaciones. Cuenta con el hándicap del idioma, que está aprendiendo a marchas forzadas, y el desconocimiento de gran parte de los delanteros de La Liga. Tiene que estar mucho más concentrado que sus compañeros y escuchar todos los consejos sobre los arietes a los que se medirá esta temporada.
Es cuestión de tiempo que vaya adquiriendo los conceptos tácticos y se adapte a una forma de jugar diferente, ya que La Liga nada tiene que ver con la Jupiler League. Lo normal en estos casos, pero al menos en su debut convenció a casi todos los aficionados, y además la defensa dejó la portería a cero, algo que siempre ayuda y da confianza a los centrales.
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