La continuidad de Gustavo Cabral está cada vez más complicada. El central argentino se ha ido de Vigo, para comenzar sus vacaciones de verano, sin una oferta concreta del Celta, y tampoco sin una más que merecida despedida, después de siete años en el club. Hace ya unos días que el futbolista decidió empezar a escuchar otras ofertas, ante la sensación de que el Celta no se pondría en contacto con él para negociar su renovación.
Hace una semana el presidente Mouriño no fue muy claro a la hora de hablar del futuro del zaguero. Ni aseguró que le harían una oferta, ni tampoco lo contrario, dando a entender que sería decisión del técnico Fran Escribá. El valenciano cambió radicalmente la situación de Cabral, que se convirtió en titular en los últimos y decisivos partidos del Celta. Esa frase parecía abrir las opciones de Cabral, pero los días pasan y sigue sin tener una oferta.
Después de 7 años formando parte del equipo, el club debería saber lo que puede ofrecer o no Cabral. Por eso lo lógico es pensar que ya han tomado una decisión. En ese caso, lo más normal es comunicárselo al futbolista, y en caso de que la decisión sea que no siga defendiendo la camiseta celeste, corresponde una despedida ante la afición, como se ha hecho con otros jugadores que han estado menos tiempo en el club, como Quique de Lucas. Cabral ha disputado más de 200 partidos con el Celta, se ha convertido en uno de los extranjeros que más veces han vestido la celeste, y lo normal, lo justo, sería una despedida diferente a la que tuvo Welliton.
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