Aprender a vivir sin Aspas para evitar un final trágico


Foto: LFP
Si el de ayer pareció un día malo para el celtismo, este domingo llegó con el mazazo de la nueva lesión de Aspas. Pendientes aún de conocer la gravedad de la misma, lo que parece claro es que el delantero celeste se perderá unos cuantos partidos. 

Decía ayer Brais Méndez que había equipo suficiente para no depender tanto de un jugador, y eso es lo que tiene que demostrar la plantilla. Entre todos, debemos dejar de lamentarnos por la ausencia de nuestra estrella, y empezar a pensar que esto lo tienen que salvar los que están listos para jugar. Y será el entrenador, sea quien sea el próximo sábado, el que tendrá que convencer a los que están de que pueden hacerlo, y el que tendrá que elegir a quienes estén capacitados para llevarlo a cabo. 

No hay otra. El Celta y el celtismo debe aprender a vivir sin Aspas. Llevamos años diciendo una frase que se repetía tras cada exhibición del moañés: “El día que nos falte Aspas…”. Pues ese día ha llegado, y hay que reaccionar. Aspas es un futbolista diferencial, un jugador que está seguramente por encima de las posibilidades del equipo vigués, pero ha llegado el momento de que los jugadores demuestren de que están hechos. 

Ya no estamos esperando por su recuperación, que ojalá llegue cuanto antes, porque si seguimos esperando tal vez sea tarde. La reacción tiene que llegar ya. También desde el banquillo. Si Cardoso sigue debe dar un giro de timón, tomar el mando y poner orden. Y los jugadores demostrarse a sí mismos que no necesitan a Aspas para ganar. Creer que no necesitan a Aspas para ganar. Ese es el camino si queremos que esta temporada no tenga un final dramático. 

0 comentarios:

Publicar un comentario