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| Foto: Atlántico Diario |
El de ayer era un partido de esos que marcan una temporada. La victoria ante el Sevilla puede suponer un punto de inflexión, pero el Celta no podrá lograr nada si no cuenta con el apoyo inequívoco de la afición. Y ayer así fue.
Dos horas antes de comenzar el partido centenares de aficionados se arremolinaban entre las pistas de atletismo y el Estadio de Balaídos para recibir y animar a los jugadores nada más llegar al campo. Fue un momento que destacaron todos los protagonistas, incluido Miguel Cardoso, que tuvo una mención para el recibimiento en su cuenta de Twitter tras concluir el partido.
Luego en el campo hubo de todo, algún silbido incluido en acciones puntuales, pero en general el público empujó al equipo, especialmente en los últimos minutos de asedio sevillista y agónico descuento, para celebrarlo todos juntos, en perfecta comunión, cuando el trencilla silbó tres veces y extendió sus brazos en dirección al túnel de vestuarios.
Es una victoria que puede marcar un antes y un después en una temporada que no está siendo lo que todos esperábamos. Nadie creía que a estas alturas el Celta estuviese peleando por la permanencia, pero la admisión del problema puede ser la receta para salir de él. Tanto el equipo como la afición.
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