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| Foto: LOF |
Cuando se conoció la noticia de la lesión de Aspas todos intuíamos que los problemas estaban a punto de llegar al Celta. La realidad ha sido incluso peor de lo esperado, ya que el equipo ha perdido los tres encuentros en los que estuvo ausente el delantero de Moaña, y se ha complicado la vida hasta un extremo insospechado hace apenas un mes.
Si Europa era el objetivo antes de su lesión, ahora el celtismo se conforma con tener un final de temporada tranquilo, o al menos evitar un descenso que ahora mismo amenaza al conjunto celeste. La buena noticia es que Iago Aspas estará listo para medirse al Real Valladolid, salvo recaída de su lesión.
El jugador espera comenzar a entrenar en torno al martes, y obtener el alta médica antes del partido. A lo largo de esta semana se habló de la posibilidad de que forzase para estar ante el Valencia, pero la ecografía a la que fue sometido reveló que la lesión no estaba todavía cicatrizada, aunque la evolución es positiva.
Su ausencia se nota mucho en este equipo, que sin él se convierte en un equipo vulgar, sin chispa arriba y sin un líder que tire del equipo en los momentos malos. Obviamente su presencia no garantiza victorias, porque el Celta ha perdido muchos encuentros con Aspas en el campo, pero su ausencia prácticamente garantiza la derrota. Y eso es un problema que tiene este equipo y que se deberá de tratar seriamente el próximo verano cuando se confeccione la plantilla de la Temporada 2019-20.
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