Cómo encajar cuatro goles y ser el mejor del equipo


Foto: LFP
Rubén Blanco vivió una noche en una montaña rusa de emociones. El guardameta de Mos encajó 4 goles, una de las mayores cifras goleadoras que ha recibido hasta la fecha, y sin embargo fue el mejor del equipo. De no ser por sus acertadas intervenciones, la goleada podría haber sido incluso mayor. 

Cierto que en el primer gol falló. El lanzamiento de Raúl de Tomás es fantástico, pero el balón por el palo de Rubén Blanco. Un pequeño lunar en un partido muy completo, con paradas muy interesantes, e incluso un desconocido atrevimiento en los balones por alto, ahí donde los grandes porteros se imponen y marcan las diferencias. 

A Trejo, por ejemplo, le sacó dos balones muy complicados que eran goles, otra a Raúl de Tomás, que intentó amagar para engañar al guardameta celeste y no logró. Si a eso añadimos que los jugadores de campo no estuvieron especialmente bien, lo lógico es pensar que el mejor del partido fue Rubén Blanco. 

De esta crisis en la que vive el Celta puede que el guardameta salga fortalecido, y eso será una gran noticia. A Rubén Blanco llevamos años esperándolo. Desde aquellas prometedoras actuaciones ante el Valladolid y el Espanyol en el agónico final de la Temporada 2012-13, cuando se convirtió en la gran promesa de la portería celeste. Han pasado casi seis años y sigue sin hacerse realidad lo que entonces apuntaba. A ver si esta es, por fin, la temporada de su consolidación. Sin lesiones ni irregularidades. 

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