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| Foto: Salvador Sas |
El Celta logró ayer la cuarta victoria del campeonato, primera en la era Cardoso, y lo hizo dejando la portería a cero, algo poco habitual para el equipo vigués en los últimos años. De hecho, este curso tan solo había sucedido en dos ocasiones con anterioridad: Ante el Atlético de Madrid y frente al Eibar, todas ellas en Balaídos.
Decía Miguel Cardoso en la previa que prefería ganar por 1-0 que por un 4-3, así que suponemos que ayer tuvo que abandonar el Estadio Municipal como un hombre feliz porque Rubén Blanco no tuvo que recoger el balón de su portería en ninguna ocasión. Y eso que el equipo comenzó con muchas dudas en la salida de balón y el Huesca se encontró con dos ocasiones pintiparadas para adelantarse en el marcador, pero falló y el Celta no perdonó unos minutos después.
La obsesión por mejorar a nivel defensivo ha sido común a todos los entrenadores del Celta en los últimos años, prácticamente desde tiempos inmemoriales. El equipo no ha sido sólido a este nivel desde la época de Fernando Vázquez, uno de los técnicos más criticados por la afición por su apuesta por un fútbol menos preciosistas basado en la efectividad y las contras.
Miguel Cardoso tiene el reto de conseguir un equipo sólido atrás, sin perder la esencia del Celta en ataque. ¿Lo logrará?.
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