Álex López está a punto de convertirse en nuevo jugador del Brisbane Roar de la liga australiana, aunque todavía no es oficial. El ferrolano pasó ayer por los micrófonos de la Radio Galega, en el programa “Ao contraataque” y contó como se convirtió en seguidor del equipo celeste:
“No era aficionado del Celta, pero tuve la suerte de irme empapando de ese sentimiento. Seré celtista hasta que me muera”, explica el ex jugador del equipo vigués, en el que militó durante seis temporadas, cinco de ellas en el primer equipo, disputando un total de 172 partidos en los que marcó 18 goles.
Sus mejores temporadas llegaron con Paco Herrera en el banquillo, siendo clave en el ascenso y en la temporada anterior, cuando el Celta cayó en la promoción de ascenso ante el Granada. Ya en Primera mantuvo su importancia, incluso con Luis Enrique, pero tras la llegada de Berizzo su importancia en el equipo fue menguando, también por la competencia con el Tucu Hernández.
El jugador explicaba así lo que sucedió: “La temporada en la que llega Berizzo lo juego todo, incluso la Copa. Tuve muchos minutos y a partir de enero tuve menos continuidad, tuve minutos, no todos los que quería, pero todos queremos jugar los 90 minutos”, expuso.
En el verano de 2015 decide salir cedido, y acepta la oferta del histórico Sheffield Wednesday inglés. Allí le fue bien, salvo por una lesión que le apartó del equipo durante un tiempo. De regreso al Celta no logró convencer a Berrizo primero, ni a Unzué el año pasado, por lo que dejaba de pertenecer al equipo para fichar por el Sporting de Gijón, donde estaba su gran valedor, Paco Herrera.
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