Hay jugadores a los que se les dan muy bien las ruedas de prensa o las entrevistas, y otros que no deberían hablar jamás. Uno de estos últimos ejemplos lo personifica Jonny, experto en buscar enemigos entre los aficionados por sus declaraciones, algo que ha continuado tras dejar de pertenecer al Celta.
Hace unos días comentaba que no se sentía valorado por la afición, algo en lo que incidió anoche en el programa Galicia en Goles de la Radio Galega, pero además demostró una vez más su torpeza al asegurar públicamente que negoció con el Atlético de Madrid en marzo o abril de este año. Recordemos que las normas de la UEFA impiden que un club negocie con un jugador con contrato en vigor, si el club propietario del mismo no da permiso.
El Atlético de Madrid amenazó con denunciar al Barcelona por hablar con Griezzman, mientras ellos hacían exactamente lo mismo con Jonny. Es evidente que esta es una práctica muy habitual en el fútbol, pero pocas veces los jugadores lo reconocen en público como ha hecho Jonny. Ningún club suele tener la hipocresía de criticar públicamente algo que ese mismo club también hace. Bueno, ninguno no.
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