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Foto: Cristina Graña/Faro de Vigo |
Brais Méndez fue de lo poco salvable del Celta en el curso 2017-18. El canterano fue una apuesta de Juan Carlos Unzué que le salió bien. El preparador navarró apostó por él casi desde el principio y lo hizo debutar en la quinta jornada ante el Getafe. A partir de ahí iría pautando su crecimiento llegando a apostar por él como titular en escenarios complicados como el Camp Nou.
Y la apuesta le salió bien. Brais Méndez es un futbolista con unas condiciones fantásticas para el fútbol. Tiene mucho talento y solo necesita espacio para sacarlo. El pasado año dio un gran paso que le ha valido para ganarse una plaza como jugador del primer equipo, pero ahora viene lo más importante. Necesita consolidarse en el equipo y ganar su espacio ya como un jugador que compite de tú a tú con sus compañeros, y no como una promesa del filial.
El primer año después de dar el salto al primer equipo suele ser el más complicado porque hay un cambio de rol importante. Ya no va a compatibilizar el Celta con el filial, sino que tiene la responsabilidad de ganar minutos en el primer equipo, porque de otro modo no los va a tener. Y es también todo un reto que seguro no va a impresionar a Brais, que si algo ha demostrado es que no se asusta fácilmente.
Llega un entrenador nuevo, con el que todos parten de cero. El canterano contaba con la confianza de Juan Carlos Unzué, y también se entrenaba habitualmente con el equipo en la época de Berizzo. Mohamed ha dicho que respeta la tradición del Celta, de nutrirse de muchos jugadores de la cantera, algo que ha demostrado viajando a A Toxa con un buen número de futbolistas del filial, además de los canteranos que conforman la primera plantilla. Uno de ellos es Brais, y pocos jugadores en el Celta tienen su talento. Seguro que el argentino también valora sus cualidades, pero jugar en este equipo, con la calidad que hay arriba, no será nada sencillo.
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