El "Karpin" de Emre Mor


Foto: RC Celta
En el verano de 1997 pocos confiaban en Alexander Mostovoi. El atacante ruso había llegado a Vigo un año antes, como uno de los refuerzos de lujo de un Celta al que también se incorporaron Revivo y Mazinho. Sin embargo, su rendimiento había dejado bastantes dudas. Su calidad era innegable, pero también lo era su carácter díscolo, que había alcanzado su punto más álgido en aquel partido de Gijón en el que quiso dejar al equipo por una supuesta lesión. 

Mostovoi venía rebotado de otros equipos, en los que no había podido hacer valer su talento. En el Celta existían serias dudas también sobre su rendimiento, pero se confiaba en que su calidad algún día saliese a la luz. Y entonces, en aquel verano, llegó a Balaídos Valery Karpin, un futbolista ruso que tras triunfar en la Real Sociedad no había podido desarrollar su mejor juego en el Valencia, y llegaba a Vigo con el ánimo de volver a situarse entre los jugadores más importantes de La Liga. 

Además de hacerlo durante cinco años, logró centrar a Mostovoi, que a partir de aquella misma temporada emergió como una estrella rutilante hasta convertirse en el mejor jugador de la historia del Celta. Es un ejercicio de fútbol ficción saber lo que pasaría sin Karpin, pero no es descabellado pensar que el Mostovoi que conocimos en Vigo posiblemente nunca lo veríamos sin la influencia que ejerció Karpin en su compañero, con quien ya había coincidido en el Spartak de Moscú de principios de los noventa. Aquel que había formado una tangana importante en un Ciudad de Vigo. 

La situación de Emre Mor en el Celta 21 años después no es muy diferente. El Celta hizo un esfuerzo económico importante por un futbolista del que nadie discute su calidad, pero su rendimiento en el primer año ha distado bastante de lo que uno esperaba de esta clase de jugadores. Además fue apartado en dos ocasiones por Juan Carlos Unzué, así que también el disciplinario es un aspecto a mejorar. 

Como en el caso de Mostovoi, un año después llega un compatriota, turco en este caso, ya que Emre nació en Dinamarca, con el que ha compartido vestuario previamente y que podría ayudarle en su aclimatación. Ayer, el propio Okay hablaba sobre Emre: “La conocí en la selección, y cuando lo vimos por primera vez todos nos quedamos con la boca abierta. Jugamos muchos partidos en la selección, y cuando llegué aquí me recibió muy bien, y tuve la oportunidad de hablar con él. Es un jugador de calidad y pienso que nos va a ayudar mucho esta temporada”, comentó el nuevo fichaje celeste durante su presentación. 

Emre Mor puede ganar protagonismo esta temporada con Antonio Mohamed. El nuevo técnico deslizó en un programa de Argentina el nombre del turco-danés como uno de los jugadores que ve para el once del Celta. Después de fracasar en el Dortmund, y tras un mal año en el Celta, es el momento de que Emre Mor demuestre toda la calidad que lleva dentro. 

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