De mutuo acuerdo


Foto: Óscar Vázquez/La Voz de Galicia
Decía Carlos Mouriño la pasada semana, en referencia a Abel Caballero, que era un buen político y como todo buen político a veces mentía. Es triste considerar que para ser buen político sea necesario mentir, aunque tal vez se ajuste a los estándares a los que nos tienen acostumbrados los gobernantes. De un empresario, como es Carlos Mouriño, no se suelen destacar estos atributos. 

Y sin embargo a veces nos sorprende. Carlos Mouriño tiene un historial bastante mejorable en lo relativo a las salidas de los entrenadores del club. Recordamos aquella delirante rueda de prensa en el año 2007, cuando se disfrazó la destitución de Hristo Stoichkov en una dimisión del técnico búlgaro, que según comentó en su compungida despedida, las paredes del hotel se le echaban encima, convirtiendo en leyenda urbana su fama de tipo duro. 

Años más tarde Paco Herrera se enteró por Whatsaap de su destitución, y en la rueda de prensa de despedida no estuvo presente Carlos Mouriño, que estaba de viaje. Estuvo Pedro Posada, quien le ofreció volver al club cuando él quisiera. “Como si es mañana”, añadió. Tampoco estuvo en la triste rueda de prensa de Berizzo, que en realidad era un post-partido en la última jornada. No hubo acto de despedida menos solemne que el del mejor entrenador de la era Mouriño. Por no hablar de ese contrato de Luis Enrique, que era de dos años en su presentación, y de uno el día de su despedida. 

Esta mañana volvió a ofrecerle a Unzué volver al club “Cuando decidáis hacerlo”, y dejó para el recuerdo una frase maravillosa: “Es una decisión de mutuo acuerdo, pero comunicada por nosotros”. Rápidamente Unzué se apresuró a aclarar que él quería seguir, pero no pudo ser. “Es lo que hay”, lamentó. Lo bueno es que mañana mismo, si así lo decide, puede volver. Si no lo hace es porque no quiere. 

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