Recuerdos del derbi | Orellana, de héroe a Villano en dos minutos


Foto: Jorge Landín
Queda una semana para el derbi, y llega el momento de recordar los detalles más destacados de los últimos partidos disputados por los dos mejores equipos de Galicia en Riazor. Recuerdos que se mantienen vivos en la memoria del celtismo, o que poco a poco se van perdiendo. Así fueron los hechos. 

Orellana, de héroe a villano en 2 minutos

La Temporada 2011-12 suponía el regreso del derbi tras cuatro largos años de ausencia. El Celta no había podido regresar a Primera tras su descenso en 2007, y desde entonces tan solo se habían medido en la Copa Galicia, en la que se había impuesto el Celta llevándose el trofeo en la gran final disputada en Ourense. 

Pero aquel partido no dejaba de ser un amistoso, así que el choque disputado el 13 de noviembre en Riazor suponía el retorno de una vieja rivalidad. Para ese encuentro Paco Herrera salió de inicio con Yoel, Oier, Catalá, Vila, Roberto Lago, Oubiña, Álex López, Bermejo, De Lucas, Iago Aspas y David Rodríguez. El partido no pudo empezar peor, ya que a los tres minutos de juego se adelantaron los coruñeses con gol de Riki. 

El Celta remó a contracorriente durante casi todo el partido, puso más fútbol, más oportunidades, pero el gol no acababa de llegar. A los 20 minutos de la segunda mitad, Herrera realizaría un doble cambio que cambiaría el ritmo del equipo. Se marcharon del campo Roberto Lago y David, ingresando al mismo Bellvís y Orellana. 

El chileno, que aún no era titular en aquel Celta, logró marcar el empate un cuarto de hora después, tras recoger un balón en el área, llevárselo a pesar de ser objeto de falta y rematar ante Aranzubía con gran calidad. Era el empate que mantenía al Celta con vida en el partido y con opciones de llevarse el primer derbi del año. Sin embargo, tan solo dos minutos de su gol, Orellana perdió un balón que acabó convertido en el 2-1 para los locales, obra de Lassad. 

Orellana pasó de héroe a Villano en tan solo dos minutos. Una demostración más de lo ingrato que puede ser el fútbol, y de lo efímera que pueden ser las alegrías y las decepciones. Aquella temporada terminaría con final feliz para ambos equipos, que lograron el ascenso a Primera de forma directa. 

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