Una de las imágenes imborrables de los últimos derbis se produjo en la Temporada 2001-02, de un partido del que ya os hablamos, y que además de un gran duelo entre dos grandes equipos, pasará a la historia por la lesión de Manuel Pablo, y la increíble reacción de Giovanella al ser consciente de lo que había sucedido.
Es esta una de las historias más bonitas de los duelos entre coruñeses y vigueses, por el comportamiento ejemplar de ambos jugadores. Manuel Pablo se rompió la tibia y el peroné de su pierna derecha en un lance con el futbolista brasileño del Celta a los 53 minutos de partido. Las imágenes del canario levantando su pierna y comprobando que no podía mover su parte inferior, que bailaba sin control, quedarán para siempre en la memoria de ambas aficiones.
Para Giovanella ese fue el peor momento de su carrera. Las lágrimas brotaron de su rostro desde que fue consciente de la magnitud de la lesión. El brasileño no dejó de llorar en el terreno de juego, e incluso después del partido era incapaz de hablar del lance sin derramar lágrimas, con la mirada perdida: “Desearía ser yo el lesionado. Si pudiera estar yo en su sitio… lo siento mucho, pero no ha sido intencionado”, manifestó al término del choque. Un momento inolvidable. Catorce años después, Manuel Pablo aún forma parte de la plantilla coruñesa.
Los dos jugadores recibieron el Premio Zaballa, que entrega la Federación Española a los mejores gestos de juego limpio de la temporada.
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