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| Foto: Ricardo Grobas/Faro de Vigo |
23 de septiembre de 2014. El derbi regresaba después de más de un año, el tiempo que había estado el Deportivo en Segunda tras la agónica salvación del Celta en junio de 2013 con aquel gol de Natxo Insa al Espanyol. Y regresaba con un viejo conocido en el banquillo del eterno rival, ya que Víctor Fernández había sido el elegido para guiar a los coruñeses en su nueva travesía por la máxima categoría.
Aunque la diferencia entre ambos equipos era de tan solo dos puntos antes del partido, la diferencia entre ambos equipos era evidente. El Deportivo estaba conjuntándose después de fichar muy tarde, mientras que el Celta mantenía el bloque, aunque tenía un entrenador nuevo en la figura de Eduardo Berizzo.
El partido parecía muy desnivelado a priori, y lo pareció más cuando Nolito adelantó al Celta en el minuto 3. El equipo vigués fue muy superior en la primera parte, pero le faltó concretar la superioridad en el marcador, y tras el descanso el Deportivo parecía un equipo renovado. Tanto es así, que en el minuto 53 Isaac Cuenca puso el empate. Sin embargo, Larrivey logró en el minuto 71 poner el 2-1 con un gran remate de cabeza a un saque de esquina.
Al equipo celeste le estaba costando cerrar el partido, el Deportivo empezó a achuchar, y llegó una desgraciada acción que acabó con penalti a favor de los blanquiazules. El gol supondría el empate, con muy poco tiempo de reacción. Medunjanin cogió el balón y se dispuso a lanzar la pena máxima. Lo ajustó al palo izquierdo de Sergio, pero el de Catoira voló hasta alcanzar el balón y evitar el empate.
Fue una de las grandes noches de Sergio como portero del Celta. El canterano salió como un héroe de Balaídos, después de asegurar la victoria en un derbi. Aquella temporada viviría grandes momentos, y también posteriormente, pero será difícil recordar la carrera de Sergio sin mencionar aquel penalti parado.
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