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| Foto: Atlántico Diario |
El caso Roncaglia es digno de estudio. El internacional argentino ha pasado de jugar 48 partidos la pasada temporada a llevar tan solo 3 cuando estamos cerca del ecuador de las competiciones. El cambio radical del central céltico llama la atención a propios extraños. ¿Qué ha pasado de un año a otro para un cambio tan significativo?.
Es cierto que ha habido un cambio de entrenador, y es un factor importante, pero no el único. Berizzo solicitó su fichaje, y confiaba en él, aunque al final de la temporada dio la sensación de que Fontàs le ganaba la partida en algún partido importante. Tampoco es menos cierto que ha tenido una lesión que le apartó de los terrenos de juego durante casi dos meses.
Pero ninguna de estas dos razones explican por sí solas el cambio que ha sufrido Roncaglia. ¿Cómo es posible que un jugador casi indispensable para Berizzo no sea usado por Unzué ni cuando tiene bajas en defensa?. ¿Cómo es posible que prefiera utilizar a un centrocampista como lateral derecho antes que a él?. No olvidemos que ha sido internacional con Argentina jugando precisamente en esta posición. Y la albiceleste no es poca cosa.
Es obvio que detrás de la decisión de Unzué hay mucho más de lo que se puede ver, pero el propio técnico se encargó de dejar claro en la víspera del partido ante el Villarreal que si no jugaba no era por falta de ritmo o por un tema físico. Era una decisión técnica. La de preferir a un interior como Wass antes que a él para una posición defensiva. La realidad está golpeando de lleno a un Roncaglia que no está viviendo en Vigo la que debía ser la temporada de su consolidación como jugador del Celta después de un año de debut bastante prometedor.
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