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| Foto: Atlántico Diario |
Se enfrentaban en Mestalla los dos mejores goleadores españoles de la temporada, un duelo de canteranos del Celta que se presentaba con Rodrigo y Aspas con 8 goles. Los dos no solo rivalizan por el Trofeo Zarra, que ganó Aspas el pasado curso, sino también por una plaza en la convocatoria de Julen Lopetegui para el próximo mundial.
Y aunque los puntos se quedaron en casa, obra y gracia de Munuera Montero, el duelo de delanteros españoles fue claramente para Iago Aspas, que mostró sus credenciales para estar en Rusia el próximo verano. El moañés marcó un gol en el que mostró todo su oportunismo y su capacidad para situarse en el lugar preciso en el momento idóneo. Y pudo marcar otro en la primera mitad de no ser por la extraordinario estirada de Neto que evitó un gol que ya cantaba la afición céltica.
El delantero celeste comenzó la temporada muy mal, sin marcar gol en las primeras jornadas, y demasiado separado de la delantera. Se estrenó con tres goles ante Las Palmas, y a partir de ahí se ha mostrado imparable. Unzué ha echado una mano, dándole plena libertad para jugar en posiciones más centrales, gracias a lo que ha vuelto a encontrar portería con facilidad y regularidad.
Pero la gran virtud de Aspas no son solo sus goles, sino todo lo que aporta al equipo, la electricidad que le da en las acciones a la contra, la facilidad para ver espacios y encontrar a sus compañeros, y la lucha y el carácter que le imprime al equipo. Su ausencia ante el Villarreal será dura para un Celta que se ha acostumbrado demasiado a depender de su inspiración.
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