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| Foto: Marca |
Llegó a la selección en silencio, sin hacer ruido y después de muchos años destacando y llamando a la puerta del combinado español. No es fácil llegar, pero lo verdaderamente difícil es instalarse en ella. El canterano ha sabido crecer y adaptarse, hacer lo que le pide Lopetegui y conseguir aportar a pesar de contar con pocos minutos.
Paralelamente siguió haciéndolo muy bien en el Celta, pero como él bien ha dicho, seguramente nada hubiese sido lo mismo sin aquel golazo en Wembley ante Inglaterra. Ese gol llenó de razón al seleccionador y llenó de confianza a un Aspas que estaba atravesando la mejor temporada de su vida. Concluyó el curso con 26 dianas, incluyendo aquel tanto en Wembley, y por supuesto siguió siendo importante en el nuevo curso.
Y eso que no arrancó bien con el Celta, sin marcar goles, jugando demasiado lejos de la portería, y con la sensación de que esta temporada no sería como la anterior. Lopetegui, sin embargo, nunca perdió la fe en él, y aunque prefiere a otros compañeros para jugar como titulares en partidos oficiales, no ha dejado de llamarlo nunca. Hoy se cumple un año de su llegada a la selección, pero su objetivo está en Rusia. Y no parará hasta conseguirlo.
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