Sergio Álvarez se convirtió en uno de los mejores jugadores del equipo en la segunda vuelta de la pasada Liga. Tal vez el mejor, o al menos el más regular. Con su gran actuación compensó una primera vuelta bastante mejorable, demostrando que el 2017 estaba siendo su año. Y a la vuelta del equipo al trabajo, en los primeros amistosos del verano, estamos viendo que mantiene la misma línea.
El de Catoira fue el mejor del Celta en el Bay Arena de Leverkusen, donde evitó con sus actuaciones que el equipo vigués se fuese por debajo en el marcador ya en la primera parte. Sergio realizó al menos cuatro actuaciones de mérito, paradas verdaderamente complicadas y casi de todos los colores, que mantuvieron a raya al cuadro alemán.
Fue un verdadero milagro que el Celta se fuese al descanso con cero en contra en el marcador, y si lo hizo fue en gran medida por el trabajo de Sergio Álvarez, que mantiene el gran nivel de forma con el que se fue de vacaciones. Tres meses después parece que todo sigue igual. No necesita rodaje, ya está en forma y oposita seriamente a ser el titular en una temporada en la que todos los jugadores parten de cero.
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