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| Foto: Ricardo Grobas/Faro de Vigo |
Jozabed se reivindicó ayer con un auténtico partidazo. El sevillano es un futbolista perfecto para la idea que busca Unzué en el Celta, un futbolista capaz de trasladar al terreno de juego lo que el preparador navarro tiene en su cabeza. Pocos jugadores serán capaces de interpretar esa idea con el rigor y la precisión que muestra el ex del Rayo Vallecano, el futbolista que pone el flow en el Celta.
Y es que este equipo ha demostrado tener clara cual es su idea de fútbol. Busca salir combinando desde atrás, no por estética sino como un recurso para desajustar a las defensas contrarias. La idea es ganar metros rompiendo líneas de presión. Es un plan que debe ser ejecutado con precisión quirúrgica, porque una pérdida pondría en peligro la retaguardia.
Una vez superada la primera línea de presión aparece el centro del campo, que debe combinar con la eléctrica delantera. Y ahí es donde emerge la figura de Jozabed Sánchez. Las botas del sevillano son las encargadas de galvanizar el juego, debe ser el puente entre la salida de balón y la finalización. Y se le da de maravilla.
Ya hacía un buen papel en el Celta de Berizzo, donde era un jugador mucho más aprovechable de lo que podía parecer. Casi todo lo que hizo con el técnico argentino lo hizo bien, y lo está ampliando en su nueva etapa en el club. Ayer dio un recital de precisión y de efectividad. Mejoró casi todos los balones, y sin participar en la parte final de los goles, tuvo importancia en todos. En mayor o menor medida.
Así que a estas alturas será difícil sacarlo del once inicial, a pesar de que la competencia es tremenda en esas posiciones, pero pocos como él consiguen que el Celta del juego fluya como lo hace Jozabed.
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