Delantero puro


Foto: José Lores/Faro de Vigo
El fichaje de Maxi Gómez generó ciertas dudas cuando se conoció su contratación. El delantero uruguayo llegaba a Vigo después de que el equipo celeste abonase 4,3 millones de euros a Defensor Sporting, una operación ruinosa a ojos de muchos espectadores, que desconfiaban de las cualidades del ariete. 

Llegar desde una liga como la uruguaya, en la que hizo campeón a su equipo, no parecía convencer a la afición, que también lo acusaba de llegar con unos kilos de más. Es evidente que no lo tuvo fácil en su llegada, y que la exigencia sería inmediata cuando por edad y aclimatación lo normal es que necesite un tiempo para mostrar lo mejor de sí mismo. 

En los partidos de pretemporada dejó detalles que invitaban al optimismo. Goles, asistencias, y buenos movimientos que dejaban claro que se trata de un delantero que puede aportar  con el tiempo. Sin embargo, ayer sorprendió a propios y extraños al debutar en una de las ligas más competitivas del mundo con un doblete, ante un equipo que participa en competiciones europeas. Y eso no es nada sencillo. 

Sus goles fueron de delantero. El primero “palmeando” como si fuese un pivot un balón dentro del área con el pie, un recurso para rematar que le delata y que convierte su gol en uno de los más bellos de la jornada. En el segundo demostró colocación y tener la portería entre ceja y ceja. Siempre pensando en ella. No os esperéis que marque dos goles en cada partido, y es posible que este año su cifra de goles no sea espectacular, pero parece claro que el Celta sabía lo que hacía cuando fichó a este futbolista. 

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