Dorsales históricos del Celta: (6) Mazinho


Hace cuatro años publicamos una serie en la que destacábamos a los jugadores que más veces habían vestido cada uno de los dorsales del Celta desde que los números tienen propietario durante toda la temporada. Es decir, desde la Temporada 1995-96. En estos cuatro años se han producido algunos cambios importantes, aunque otros siguen manteniéndose como los que más veces han portado un determinado número. Vamos a ver quienes son los “dueños” de cada uno de los 25 números. 

6 Mazinho (138 Partidos) 

Mazinho continúa encabezando esta clasificación, pero su trono puede caer esta misma temporada. El centrocampista brasileño suma un total de 138 partidos con el Celta, pero por detrás de él viene pisando muy fuerte Nemanja Radoja, que ya suma 117. La próxima temporada podría convertirse en el jugador que más veces ha lucido el dorsal número 6 en el Celta. 

Extraordinario jugador brasileño que demostró su polivalencia y su calidad jugando tanto de lateral como de centrocampista, donde se consagró y deleitó a todos con su capacidad técnica y su visión para llevar la manija de su equipo.

Mazinho fue un crack desde sus tiempos de juvenil en las inferiores de Vasco. En sus comienzos en el conjunto junior su posición natural era la de centrocampista pero debido a la gran calidad y cantidad de futbolistas que habían en esa posición fue reconvertido como lateral izquierdo. Mazinho impresionó a todos con su versatilidad. Algo que puedo certificar personalmente ya que tuve la oportunidad de verlo jugar en un Trofeo Carranza jugando en esa posición con Vasco, y la verdad es que era una auténtica maravilla ver a un lateral haciendo las cosas que hacía el brasileño sobre la cancha. En las filas de Vasco conquistó el Bicampeonato carioca 87/88 y el Campeonato brasileño de 1989. Permaneció en el Vasco hasta 1990, año en el que se marcha al Lecce italiano.

Su experiencia italiana aunque corta fue importante puesto que durante su estancia tanto en el Lecce en la temporada 90/91, como en la Fiorentina en la 91/92, el brasileño se curtió aún más como futbolista y explotó definitivamente en Palmeiras un año después. A su regreso a Brasil en 1992, Mazinho se mostró volvió a demostrar su calidad y polivalencia. Durante su carrera jugó como lateral-izquierdo, posición en la cual comenzó, lateral-derecho, donde jugó en sus primeros meses con Palmeiras, en 1992, y en el medio-campo, donde se consagró definitivamente. En las filas de Palmeiras conquistó 2 Campeonatos Paulistas, 2 Campeonatos brasileños y un Torneo Río Sao Paulo.



Con la selección brasileña estuvo presente en dos Copas de América, siendo uno de los destacados y campeón en la edición de 1989. Estuvo presente en el Mundial de Italia 90, donde no dispuso de muchas oportunidades. En 1994 fue uno de los componentes de la selección brasileña dirigida por Parreira que se proclamó Campeona del Mundo. En 1994 se marchó a España para jugar en el Valencia, donde jugó a buen nivel durante dos temporadas.

Fue traspasado del Valencia al Celta por 100 millones de pesetas, en el 96. Debutó con el Celta el 1 de septiembre de 1996 en un Celta 2-0 At.Madrid.

En las filas del conjunto gallego se convirtió en el máximo idolo de la afición celeste junto a Alexander Mostovoi. El brasileño cogió la batuta del equipo con maestría y en 1998 el centrocampista del Celta de Vigo, terminó en el segundo puesto de la clasificación del Trofeo EFE por detrás de Roberto Carlos. El Celta realizó una de las mejores temporadas de su historia y llegó a cuartos de final de la Copa UEFA con un conjunto en el que sobresalían jugadores de la talla de Mazinho, Mostovoi, Karpin, Revivo, Penev, Sánchez, Makelele, Berges, Djorovic, Cáceres, Dutruel... y en el que el brasileño se ganó el apodo de "O Rei" Mazinho.

Desgraciadamente para el fútbol muy poco tiempo después, una lesión en el cartílago de su rodilla le apartó de los terrenos de juego y prácticamente lo dejó sin opciones de volver al fútbol. Aun así gracias a su tesón volvió a jugar aunque ya tuvo que hacerlo fuera del club gallego. En 2001 se marchó al Elche y en 2002 regresó a su país para jugar en Vitória, de Bahia, donde jugó apneas tres meses y dijo adiós al fútbol activo.

Tras dejar el futbol ha sido director técnico del Aris de Salónica griego. Ahora ha vuelto a vivir en España, en concreto en Barcelona. La razón es que se dedica en cuerpo y alma a promocionar y representar la carrera futbolística de su hijos, Thiago y Rafael.

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