Pablo Hernández: Vini, vidi, vinci


Foto: EFE
Pablo Hernández fue la gran novedad del Celta en Krasnodar. El de Tucumán regresaba al equipo tras perderse cuatro partidos por lesión, y fue una bendición para el Celta. El internacional chileno fue uno de los más destacados en el bando celeste, realizando un inmenso trabajo en el centro del campo, donde se convirtió en el auténtico jefe, recuperando infinidad de balones y repartiéndolos, en líneas generales, con bastante criterio. 

Echaba de menos el Celta a un futbolista como Pablo Hernández, con un perfil que no tiene parangón en la actual plantilla. El Tucu es uno de esos jugadores que todo equipo necesita, con la calidad suficiente para ser determinante en atacante, y con la humildad necesaria para fajarse en labores defensivos. Y eso es lo que le ofreció ayer al equipo. Una vez más. 

El Celta se ha acostumbrado a su juego, lo que le genera cierta dependencia en sus ausencias. Esperemos que el físico le responda de aquí a final de temporada, ya que será un activo muy importante para Berizzo. 

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