Rotar es jugar sin Iago Aspas


Foto: LFP
Rotar es algo necesario cuando un equipo tiene varias competiciones, y los partidos importantes se suceden. El Celta lo ha hecho en muchas ocasiones, pero la palabra rotar no siempre implica perder. Depende como se haga. Esa es una palabra que siempre suele asociarse con tener menos posibilidades de ganar, por el hecho de que son muchos los suplentes que juegan. 

En el Celta, rotar no es jugar con 11 suplentes. Rotar, en el peor sentido de la palabra, es dejar a Aspas en el banquillo. De hecho, la diferencia entre “tirar” un partido e ir a por él, es la posición de Aspas, en el banquillo, en la grada o en el terreno de juego. Lo hemos visto en los dos últimos partidos de Liga, en los que el Celta rotó hasta la entrada al campo de Aspas. 

Ante Osasuna estaba costando ganar, y eso que no había tantas ausencias, pero faltaba Aspas. Fue entrar el moañés al terreno de juego y los problemas se solucionaron. Ayer, otro tanto de lo mismo. Hay un antes y un después de la entrada al terreno de juego de Iago Aspas. El canterano transformó el partido, y lo llevó hacia el lado del Celta, que mereció la victoria en los últimos minutos, después de 60 minutos de clara superioridad del Sporting de Gijón. 

Iago Aspas vive uno de esos momentos que tienen todos los grandes jugadores en su carrera, cuando tienen la capacidad de cambiar los partidos por su mera presencia. Aspas ha crecido tanto que se ha vuelto gigante. Ayer estaba Lopetegui viendo el partido. Si no lo llama en la próxima convocatoria de la selección lo hará para rotar. Si no es por eso, deberían despedirlo. 

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