Moaña y Matamá tumban a la capital


Foto: LFP
Como cuando Astérix y Obelix plantaban cara al poder establecido desde una pequeña aldea gala, el Celta ha logrado su primera victoria en diez años en el recinto madridista, apoyado por los goles de dos canteranos, uno de Moaña y otro del vigués barrio de Matamá. 

Este hecho debería de significar un motivo de orgullo extra para los aficionados vigueses, e incluso para los gallegos, pero en definitiva para todo aquel que cree en el fútbol modesto, y en el trabajo de base por encima del uso del talonario. Iago Aspas y Jonny, dos productos de A Madroa, de generaciones muy diferentes, que han confluido en el primer equipo, y que acaban de tumbar a un gigante como el Real Madrid. 

Ambos, completaron además un gran encuentro, refrendando con los goles, pero trabajado durante todo el partido. Junto a ellos había otro dos representantes gallegos: Hugo Mallo y Sergio Álvarez, representando a Marín y a Catoira respectivamente, en otra demostración de que es posible llegar a la élite tirando de cantera. 

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