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| Foto: LFP |
En menos de tres años, Berizzo ha hecho casi todo lo que se puede hacer como entrenador del Celta. Ha clasificado al equipo para Europa, ha hecho una gran temporada en la Copa, y antes del partido de ayer, le había mojado la oreja a todos los equipos, excepto al Real Madrid. El equipo blanco era el último reto para el preparador argentino, que ayer, en su sexto partido como entrenador celeste, logró la primera victoria sobre el equipo blanco en un estadio tan difícil como el Santiago Bernabéu.
Lo de Berizzo ya es espectacular. El argentino está dispuesto a hacer historia y ser recordado para la eternidad como el conductor del Celta camino del primer título de su historia. Ese sería su gran reto a partir de ahora, después de tumbar al Real Madrid, un equipo al que tampoco fue capaz de ganar como jugador.
Para lograrlo tuvo que emplearse a fondo, como sus jugadores, con el planteamiento de un encuentro en el que logró ahogar a la medular madridista, asfixiando su salida de balón, y dificultando enormemente la llegada a zonas peligrosas con verdadera ventaja. Y eso que aguantó los cambios más de la cuenta, para desesperación de más de uno, y que el cambio de Sergi Gómez por Aspas fue bastante criticado en su momento.
El pitido final del árbitro suavizó la opinión de las más críticos, y el cambio no le pasó la factura al técnico que le pasaría en caso de que el Real Madrid igualase el marcador. Así son las cosas en el mundo del fútbol, que no parece tener secretos para un Berizzo que logra casi todo lo que se propone. El próximo será el de mantener una racha que lleva al Celta a ganarlo todo en este 2017, y que, si sumamos la victoria ante el UCAM antes de navidad, supone la sexta victoria consecutiva del Celta. No es nada sencillo.
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