El estadio de los 50 millones de euros


Foto: Ricardo Grobas/Faro de Vigo
Carlos Mouriño insistió ayer, durante la celebración de la Asamblea de accionistas, en la imperiosa necesidad de que el Celta cuente con un estadio propio con el que pueda obtener beneficios gracias a una zona comercial. Es una demanda nueva, para evitar un futuro apocalíptico que llevaría al Celta a estar, según sus palabras, en inferioridad de condiciones contra sus competidores, aunque estos no dispongan de estadio propio. 

No son muchos los equipos de Primera División que disponen de un estadio propio, y menos los que lo explotan comercialmente, al menos de forma significativa. La necesidad es tan grande, que ayer llegó a proponer la posibilidad de que construir un estadio nuevo en una zona distinta a Balaídos, para lo que incluso estaría dispuesto a invertir 50 millones de euros del club, embarcándose en una complicada aventura, esta sí, de incierto futuro. ¿Son tan importantes los beneficios que generaría para acometer un gasto tan importante? ¿A partir de cuando sería rentable?

Porque, ¿Quién garantiza que el Celta pueda acometer ese gasto?. ¿Sería el Celta más competitivo pagando un crédito de 50 millones de euros?  Lo cierto es que el club vigués está a punto de contar con un estadio casi nuevo. La reforma integral del Estadio Municipal de Balaídos es ambiciosa, pero a pesar de que el Celta tendrá, por fin, un estadio acorde con el club que es, Mouriño quiere más. ¿Es posible explotar los bajos comerciales de Balaídos? ¿Es una cuestión tan urgente que no se puede esperar a que acaben las obras o es mejor construir un estadio nuevo en el que tampoco se podrán explotar hasta que el estadio esté finalizado?. 

Lo peor de esta repentina urgencia de Carlos Mouriño, es que la remodelación del actual estadio aún está en el aire. La grada de Tribuna está finalizada, y licitada la remodelación de Río, que incluye mejoras estructurales en la grada, así como la colocación de la nueva cubierta. El problema es que la reforma de las gradas de Marcador y Gol sigue en el aire, y no deja de ser una promesa del Alcalde. Con todo lo que ello implica. 

Vigo acepta la reforma de Balaídos, a pesar del gasto que supone, por lo todo lo que implica para la ciudad la presencia del Celta, pero algunas voces se han mostrado críticas con la misma, recordando que el gasto social debería estar por encima de estas cuestiones. ¿Qué sentido tendría invertir 30 millones en la reforma de un estadio que solo utiliza un club si este propone hacer uno nuevo o irse fuera de Vigo si no se le vende?. Hubiera estado muy bien que Carlos Mouriño se diese cuenta de la necesidad de tener un estadio propio antes de embarcar a Concello y Deputación en una aventura de 30 millones. Eso por no mencionar que el propio Celta ha invertido 5 millones en la grada de Tribuna baja. ¿Qué hacemos entonces? ¿Paralizamos la reforma o seguimos reformando y amagando con irnos a Mos? 

Convendría que Carlos Mouriño y Abel Caballero se sentasen frente a frente, no en una reunión privada, sino abierta. Un debate para llegar cuanto antes a una solución que beneficie a todas las partes y dejar de hablar de ese absurdo estadio de 50 millones de euros. 

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