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| Foto: Octavio Passos/Getty Images |
Cuando los resultados dieron la espalda al equipo en los primeros partidos, el nombre de Nolito aparecía de forma recurrente en todos los debates, que versaban sobre el fracaso del club a la hora de reforzarse durante el verano, y el daño que haría la pérdida del jugador franquicia del Celta durante en las últimas temporadas. De hecho, de Nolito se habló demasiado durante ese periodo de tiempo.
No entraban los goles, y el problema es que faltaba Nolito, ese jugador que desatascaba los partidos con una genialidad. El fútbol no brillaba porque faltaba ese catalizador que aparecía por la banda izquierda para dar sentido a un estilo. El Celta era frágil en defensa porque no estaba Nolito para iniciar la presión y morder a los rivales. Todo se explicaba en la ausencia de Nolito, y la presencia de otros jugadores inferiores.
Nolito. Un nombre que sonó demasiado, que hasta Felipe Miñambres advirtió que se estaba hablando demasiado de él. Lo ideal es que su nombre salga cuando hablemos en pasado y no cuando lo hagamos en presente. En este tiempo debemos hablar de otros jugadores. Iago Aspas, Wass, Bongonda, Sisto, Guidetti, Orellana, Rossi.. con sus errores y sus fracasos son los jugadores que tenemos ahora. De Nolito debemos guardar un recuerdo maravilloso, el de un futbolista que le dio mucho al club, y dejó 18 millones de euros en la caja, pero ya es cosa del pasado. El Celta sabe vivir sin él, como supo hacerlo cuando se fueron Gudelj, Mazinho, Karpin, Revivo o Mostovoi.
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