Los 45 minutos perfectos de Iago Aspas


Foto: Octavio Passos/Getty Images
Será difícil de olvidar el partido que se marcó el Celta ayer frente al Barcelona, especialmente los primeros cuarenta y cinco minutos, que fueron casi perfectos. Y si hay que recordar a algún jugador, ese será Iago Aspas. Una vez más, el de Moaña vuelve a entrar en el corazón del celtismo con un partido cargado de pundonor, de lucha, de rabia y de talento puro. Crudo. 

El moañés realizó un trabajo extraordinario en la presión que imposibilitó la salida de balón de los barceloneses, y su aportación ofensiva fue significativa. Marcó el segundo después de una gran acción individual, en la que sorprendió a Ter Stegen que dejó sin respuesta al alemán, dio un precioso pase a Sisto en el primer gol, y estorbó lo suficiente para que Mathew se viese obligado a despejar, acabando el balón en el fondo de las mallas azulgranas. 

Además dejó un gran disparo que buscaba la escuadra y se topó con los guantes de Stegen. Esa fue su aportación a un partido que se decidió en la primera mitad, al final de la cual llegó el Celta con una ventaja de tres goles en gran medida gracias al trabajo de Iago Aspas. En la segunda mitad, sin el físico de la primera, jugó por corazón, y pudo sentenciar el encuentro con un gol que supondría el 5-2 que cerraría definitivamente el encuentro, pero llegó muerto a la definición. 

Se marchó de Balaídos ovacionado una vez más. Y las que le quedan, a un jugador que ya es historia del Celta, y que seguirá agrandando su leyenda en cada partido. Seamos conscientes de que estamos ante un jugador irrepetible. Nuestra misión desde aquí a su retirada, es disfrutar de todos y cada uno de sus partidos sabiendo eso. 

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