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| Foto: Dani Sánchez |
Nemanja Radoja fue una de las novedades del Celta el pasado sábado en el Santiago Bernabéu. El futbolista balcánico regresaba al equipo tras los problemas físicos que le mantuvieron apartado del equipo en grandes fases de la pretemporada, y lo hacía en un campo complicado, y obligado por la ausencia de Marcelo Díaz.
Puede que Radoja no sea el futbolista más atractivo futbolísticamente hablando, pero sus actuaciones decepcionantes son contadas desde que es jugador del Celta. Casi siempre cumple, con independencia de las condiciones, y aunque no ofrece lo que puede llegar a dar Marcelo Díaz, lo mejora en otros aspectos.
A Berizzo le gusta más un perfil de pivote como el del chileno, aunque a veces convierte los encuentros en una locura por la inseguridad defensiva que puede generar, tampoco ha dudado a la hora de poner al serbio, a quien ayer destacó en rueda de prensa por el papel realizado en el Bernabéu: “Me gustó la entrada de Radoja, muy inactivo, y bancarse el partido como se lo bancó. Ese es mi desafío como entrenador”, explicó el técnico argentino, que este año tendrá que asumir las rotaciones como algo natural.
El problema de Radoja es que, sin ser tan frágil físicamente como Marcelo Díaz, también ha demostrado que tiene cierta tendencia a sufrir lesiones, y eso podría dejar al Celta con una evidente carencia en una posición en la que tan solo cuenta con dos especialistas. Eso sí, Berizzo cuenta con muchas otras opciones en su plantilla, y una de las que usará mucho este año es de la de Pablo Hernández, a quien también probó, con bastante éxito, Juan Antonio Pizzi en la selección chilena.
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