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| Foto: David Ramos/Getty Images |
Álex López emprende su segundo viaje de salida. El centrocampista ferrolano tuvo que emigrar el pasado año a Inglaterra, para enrolarse en las filas del Sheffield Wednesday, un histórico equipo venido a menos con el que casi logra el ascenso a la Premier League. Su aprendizaje durante el año de Erasmus en la Championship no le permitió encontrar un sitio en el Celta, ni tan siquiera tuvo la oportunidad de demostrar que había crecido.
Se incorporó tarde a los entrenos, y el equipo se marchó a Uruguay a los pocos días, por lo que el ferrolano no pudo ni tan siquiera disputar algún partido en busca de oportunidades. Berizzo no le ve sitio en el equipo, y ha tenido que irse de nuevo fuera para encontrar los minutos que se le niegan en Vigo.
Se va fuera, pero estará casi como en casa, ya que el entrenador del Real Valladolid es Paco Herrera. El técnico catalán fue el que supo sacar el mayor rendimiento del centrocampista gallego. Su padre deportivo, el que le dio la oportunidad de destacar en el primer equipo, convirtiéndose en uno de los mejores jugadores del equipo vigués durante las dos temporadas que jugó en Segunda División antes del ascenso a Primera.
En la máxima categoría mantuvo su importancia los dos primeros años, pero fue bajando a partir de la tercera temporada. Los fichajes para la medular, especialmente el de Pablo Hernández, y las reconversiones de Augusto Fernández y Krohn-Dehli le cerraron definitivamente las puertas. Será difícil ver a Álex López vestido de celeste nuevamente. El fútbol tiene estas cosas. El Celta ha crecido durante los últimos años, seguramente a un ritmo mayor que el de Álex, que siempre ha demostrado cariño por el club y una disposición inmejorable. A donde vayas, mucha suerte.
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