Expediente Goldar


El Celta anunció ayer los descartes del filial para la próxima temporada. Entre ellos se encontraba David Goldar. El anuncio tomó por sorpresa a gran parte del celtismo, que veía en el de Portas a un futbolista de futuro para el primer equipo, o al menos muy válido para el filial en la categoría de bronce. 

Goldar formó parte de la famosa generación de oro que el año 2013 llegó a la final de la Copa de Campeones ante el Sevilla. Él era uno de los líderes de aquel equipo, capacitado para actuar tanto de central como de mediocentro, especialista en el balón parado, su irrupción causó gran expectación entre la afición, que apuntó su nombre para el futuro. 

La llegada de Luis Enrique precipitó ese futuro, ya que en una de las últimas jornadas de la siguiente temporada le hizo debutar en Primera División. Fue en El Sadar ante Osasuna, y apenas pudo jugar unos minutos, suficiente para probar la experiencia de la máxima categoría. Con el filial ya había jugado 26 partidos, a pesar de no haber cumplido aún los 20 años. 

Las dos últimas temporadas volvió a jugar un buen número de partidos en el filial -23 y 25 respectivamente- aunque no tanto como se podía presumir. Se esperaba que, con la experiencia del primer año, fuese indiscutible en los siguientes. Además no contó para Berizzo en la primera temporada del argentino en el banquillo céltico, pero sí lo hizo el año pasado, cuando le dio la oportunidad de jugar en Vallecas, un partido en el que realizó muchísimas rotaciones pensando en la Copa del Rey. 

Con apenas 21 años, Goldar deja el Celta. Mucho antes de lo que todos esperábamos. Lo cierto es que su rendimiento en el filial no fue lo que apuntaba cuando jugaba en el juvenil, o incluso en su primer año en Barreiro, pero sorprende la decisión del club de prescindir de un futbolista que tenía muy buena pinta, y que acabó saliendo del Celta casi por la puerta de atrás. 

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