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| Foto: Lalo R. Villar |
A buen seguro que Luis Enrique no pensará mucho en el Celta cuando plantee la final de la Copa del Rey, pero el técnico asturiano tendrá en sus manos la posibilidad de evitar que el Celta tenga que jugar una previa antes de regresar a Europa en el próximo mes de septiembre.
El Barcelona debe ganar al Sevilla en la final de Copa para asegurar que el Celta se clasifique directamente. Con ello habrá logrado que su equipo logre el doblete, salvando así la temporada, y de paso clasificar al Celta para una competición en la que no juega desde hace una década.
Tal vez a Jordi Mestre, el autor de aquella amenaza -arrieritos somos- no le gustará mucho el “daño” colateral que tendrá su victoria, pero Luis Enrique siempre ha mostrado en público su agradecimiento al Celta por su buen año en Vigo, que acabó llevándolo al banquillo del club que siempre quiso entrenar. Ahora tendrá la ocasión de pagarle al Celta por todo aquello.
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