La Champions puede esperar


Foto:  Ander Gillenea // Getty Images
La derrota del Celta en San Mamés, unida a la victoria del Villarreal en Mestalla despertaron al equipo vigués de sus sueños de Champions. El conjunto castellonense se ha asegurado su presencia en la máxima competición continental de clubes, y lo ha hecho de forma brillante y merecida. Nada que objetar al equipo de Marcelino, que ha mantenido una enorme regularidad durante toda la temporada. 

El Celta tendrá que esperar, o mejor dicho, la musiquita de la Champions, aquella a la que se refería Lotina para expresar gráficamente los sueños húmedos del celtismo a principios de siglo, nos seguirá esperando. Y volveremos a encontrarnos, pero este aún no es el momento. Ahora toca disfrutar de la Europa League, tomarle el pulso a Europa y hacerlo poco a poco. Habrá tiempo para todo. 

No cabe duda de que hubiese sido bonito hacerlo ya este año, pero no vale la pena precipitarse. El Celta continúa con su escalada lenta, pero segura. La Champions era el premio gordo y el equipo lo intentó por todos los medios. Fue una pena aquella mala racha del mes de enero, cuando el equipo compaginó Copa y Liga, pero si se tapan los pies se descubre la cara cuando la manta no da para más. 

El celtismo valorará lo alcanzado, y aún habrá que pelear por estar en la fase final de la Europa League. Lo ideal sería ser quinto, y ese es el objetivo que, pese a la derrota del Celta en San Mamés, seguirá teniendo entre ceja y ceja el equipo. Ganar al Málaga y pensar en el siguiente partido debe ser la obsesión esta semana. La musiquita de la Champions es bonita, pero la de la Europa League tampoco está mal. 

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