Real Madrid 0 - Celta 2 | El Celta se gusta en el Bernabéu



El Celta ha logrado un gran triunfo esta noche en el Santiago Bernabéu en un partido que es un espaldarazo para Claudio Giráldez, los futbolistas y su estilo de juego, que hoy mareó al Real Madrid, y solo sufrió cuando la expulsión de Fran García espoleó a los blancos y sembró cierta duda entre los jugadores celestes. Swedberg con un doblete de mucha clase le dio los tres puntos al Celta, que acabó el partido con dos jugadores más gracias a la valiente actuación del colegiado que simplemente aplicó justicia.

 El Celta se presentó en el Santiago Bernabéu con un once muy reconocible. Se guardó la bala de Iago Aspas para la segunda parte, y partió de inicio con Radu en portería, trío de centrales habituales: Javi Rodríguez, Starfelt y Marcos Alonso, con Mingueza y Carreira en los carriles, y Miguel Román acompañando a Moriba en la sala de máquinas, siendo esta la principal novedad, aunque no sorpresa ya que sin Sotelo y con Beltrán jugando 120 minutos el pasado jueves, era la opción más lógica. En ataque, Pablo Durán por derecha, Bryan Zaragoza por izquierda, y Borja Iglesias como nueve. 

Decía Claudio Giráldez en la previa que para ganar en el Bernabéu era necesario hacerlo todo perfecto y que el Real Madrid no estuviese tan bien. Y con esa simple frase se resume bastante bien lo que pasó en este partido. El Celta hizo un partido muy serio, teniendo muy claro lo que necesitaba, y el conjunto blanco no tuvo su día, o el equipo vigués no le permitió tenerlo. 

El técnico celeste lo tenía claro desde que decidió poner a Beltrán en Sant Andreu. La inercia de la mayoría de equipos es salir al Bernabéu con un centro del campo de músculo, buscando más destruir que construir, pero Giráldez apostó por Miguel Román, con mejor pie que el de Seseña, sabía que era clave salir de la presión del Madrid, y así consiguió que los blancos se desesperasen corriendo detrás del balón durante muchos minutos. 

En la primera parte exploró los espacios a la espalda de la zaga blanca buscando constantemente a los dos alas, con Borja Iglesias como pivote para buscar ese tercer hombre que tanto usa Giráldez. Al Celta le faltó algo en la primera mitad para aprovechar los espacios que había. La más clara la tuvo Pablo Durán, que controló de maravilla un balón alto, pero Militao estuvo rapidísimo para abortar el peligro. Sin embargo, en su intento acabó lesionándose. 

Tras media hora muy buena del Celta, el Madrid por empuje acabó encerrando al Celta, que se defendió bien en bloque bajo. Aún así, en el tramo final de la primera mitad tuvo ocasiones claras para adelantarse en el marcador. Ahí apareció Radu, impecable todo el partido, y la falta de acierto de los locales, que tuvieron la más clara en las botas de Guler, pero su disparo un tanto forzado salió rozando la base del poste. 

Tras el descanso entró Williot Swedberg en lugar de Pablo Durán, que andaba renqueante del hombro tras un golpe nada más comenzar el partido, del que se resintió en uno de los córners en contra de la recta final de la primera mitad. El sueco tuvo un papel protagonista con una acción marca de la casa en el minuto 53, cuando tras una gran acción colectiva del Celta remató de forma indescifrable un centro lateral de Bryan Zaragoza. Por cosas así tenemos que rendirnos ante Williot. 

Quedaba mucho tiempo por delante, pero el Celta se defendía con balón, y en la segunda mitad apostó más por un bloque medio en defensa, intentando contener a los arietes rivales, que metían miedo cada vez que merodeaban el área de Radu. Mientras tanto los celestes intentaban asustar de vez en cuando con alguna llegada que no generaba demasiada inquietud, pero si suponía un serio aviso para los blancos. 

En el 64 se produjo una jugada que cambió por completo el panorama cuando Fran García fue expulsado tras una dura entrada a Swedberg. Con uno más y ventaja en el marcador a los de Giráldez les entró el miedo escénico. La expulsión espoleó a los blancos, que intentaron la remontada a la heroica, que tanto gusta en el Bernabéu. Fueron minutos complicados para un Celta que parecía haberse olvidado del plan inicial. 

En los siguientes minutos se sucedieron las llegadas y las ocasiones, tiros lejanos que no encontraban portería o se encontraban con Radu, y sobre todo la de Gonzalo, cuyo cabezazo, con Radu batido, no encontró la portería de milagro. Giráldez fue moviendo piezas, dando entrada a Javi Rueda y Jutblà por Mingueza y Bryan, buscando frescura. También retiró a Miguel Román para dar más equilibro a la medular con Fran Beltrán, y poco a poco el Celta volvió a hacerse con el balón, con posesiones largas que desesperaban a los blancos, que reaccionaron con brusquedad y con su habitual señorío. 

Ya en tiempo de descuento Álvaro Carreras le dijo algo al árbitro que provocó su expulsión con roja directa. El habitual corrillo rodeando al colegiado se saldó con más amarillas y una expulsión del banquillo madridista. Y con dos jugadores más el Celta bailó al Madrid y anotó el 0-2 en una acción colectiva que finaliza con una asistencia fantástica de Aspas a Swedberg, que regatea a Courtois y entra con el balón en la portería para sellar un triunfo fantástico y tres puntos de oro que alejan a los célticos de la zona de descenso. 

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