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Foto: Óscar Vázquez |
12 de diciembre de 2015. El Celta vence al Espanyol tras una segunda parte épica en la que el equipo de Berizzo, con un hombre menos tras la expulsión de Pablo Hernández, no solo logra mantener la renta de un gol sobre los periquitos, sino que goza de las mejores ocasiones, pudiendo golear en la segunda mitad al conjunto catalán. El esfuerzo de Orellana, Nolito y el resto de jugadores se transformó en una victoria importante, pero acabó costándole caro al andaluz, que en un esfuerzo, cerca del final del partido, solicita el cambio.
En el banquillo, el delantero céltico insiste en la pregunta: ¿Para cuánto tiempo?. Se lo pregunta a un fisio que elude la respuesta con evasivas. El diagnóstico inicial hablaba de unas tres o cuatro semanas, el plazo más habitual para este tipo de dolencias, pero partido a partido, semana a semana, se descartaba su recuperación y se alargaba su reaparición.
Acompañando su calvario, el inquebrantable ritmo del mercado de fichajes se llevaba por delante al andaluz. Los rumores, desatados en ocasiones, le situaban en diversos puntos del planeta. Nolito estaba en todas partes, menos en un terreno de juego. La rumorología no tardó en aparecer, siendo múltiples las teorías sobre los extraños plazos con los que el de Sanlúcar se estaba recuperando.
Por fin, esta semana, fue definitiva. El Doctor Cota ya había anunciado la semana pasada que su evolución era buena, y las sensaciones se confirmaron. Nolito estará esta noche ante el Eibar si Berizzo lo estima conveniente. 69 días después. No estará para jugar los noventa minutos, pero podrá tomar contacto con el césped, recibir un aplauso de la grada y volver a sentirse futbolista. 69 días sin Nolito. Se dice muy pronto, pero más lleva el Barcelona esperándolo.
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