Queda una semana para el derbi, y llega el momento de recordar los detalles más destacados de los últimos partidos disputados por los dos mejores equipos de Galicia en Riazor. Recuerdos que se mantienen vivos en la memoria del celtismo, o que poco a poco se van perdiendo. Así fueron los hechos.
Hugo Mallo, un hincha más en Riazor
En el mismo partido en el que Iago Aspas propinó un cabezazo a Marchena, otro jugador del Celta fue protagonista en el aspecto negativo. Se trata de Hugo Mallo, que se recuperaba de una lesión sufrida en un partido de Copa en el Bernabéu, y que no podía jugar hasta la siguiente temporada.
Al estar fuera del equipo decidió viajar en uno de los autobuses que transportaban a los aficionados célticos hacia Riazor, concretamente en uno de la peña Iago Aspas. Ya durante la tarda trascendieron unas fotografías del futbolistas con un cartel con la leyenda “Se vende”, y que incluia el logotipo del Deportivo. Una clara referencia a los problemas económicos que atravesaba el cuadro herculino, y que no sentó nada bien en A Coruña.
Miembros del Celta intentaron ponerse en contacto con el jugador, pero el teléfono no estuvo operativo hasta bien entrada la madrugada. Demasiado tarde, ya que el de Marín se situó en la grada junto a los aficionados célticos y fue captado por las cámaras de Cuatro en una actitud muy extraña en un futbolista profesional. Muy criticado por un amplio sector de la prensa, también recibió el apoyo de algunos aficionados, que entendían que era el comportamiento de un celtista como tantos otros.
El problema es que no era un celtista más. Era un jugador profesional del Celta y su imagen quedó en entredicho. Igual que en el caso de Aspas, cuenta la leyenda que aquel día se le cerraron las puertas de la selección, aunque nunca lo sabremos. Días más tarde pidió perdón, pero no lo obtuvo de la gran mayoría de la afición blanquiazul.
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