La presencia de la cantera en el Celta retrocede a 2008


Foto: Eugenio Álvarez
Por más que duela, la realidad es la que es. El Celta ha dado un salto cualitativo muy importante que lo ha convertido en uno de los equipos más importantes del país, pero lo ha hecho a costa de perder cierta parte de su identidad, de aquella que alcanzó cuando se vio obligado a estar en Segunda División durante varios años. Apoyado en un entrenador como Eusebio Sacristán, el Celta dio un giro clarísimo hacia convertirse en un equipo de cantera, que acabó llevándolo a Primera División. 

Entonces se nos dijo que aquello no sería flor de un día, y que el hecho de estar en Primera no cambiaría la concepción y confección de la plantilla. Tres años después, el Celta ha retrocedido hasta situarse en una realidad muy similar a la vivida cuando Pepe Murcia llegó al banquillo del Celta, tal y como recuerda hoy el diario Atlántico. Entonces formaban parte de la plantilla céltica Noguerol, Oubiña, Roberto Lago, Jonathan Vila y Abalo. Ya con Eusebio en el banquillo debutaron Aspas, Candela, y Joselu, pero arrancó la temporada con cinco canteranos, más la presencia de Michu, considerado por muchos también de la cantera, aunque no lo sea estrictamente. 

Aquel Celta casi desciende a Segunda B, lo salvó Iago Aspas, con un doblete en el día de su debut en Balaídos. Siete años después el Celta cuenta con Sergio, Hugo Mallo, Yelko, Iago Aspas, Rubén Blanco, Madinda y Jonny. Solo siete jugadores de la cantera céltica, más Señé, que como en el caso de Michu, no es un canterano en el sentido estricto de la palabra. 

El Celta ha ido perdiendo su identidad en tan solo unos años, hasta convertirse en la sombra de lo que fue. Sigue trabajando bien la cantera en sus equipos inferiores, y sigue teniendo la intención de que en el primer equipo figuren la mayor cantidad posible de canteranos, pero en los últimos años han llegado jugadores muy jóvenes procedentes del extranjero, como Bongonda, Drazic o Radoja. 

Además, el filial se ha llenado de fichajes, y los jugadores autóctonos son cada vez menos. Es evidente que lo importante es que el Celta gane, con independencia de la procedencia de los jugadores. Eso lo tenemos todos claro, como también teníamos meridianamente claro que en Primera la cantera perdería gran parte de su protagonismo. 

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