Lo anunció ayer Carlos Mouriño en Radio Marca, confirmando lo que ya había comentado la pasada semana: La renovación de Nolito es inminente y el gran objetivo para el Celta en los próximos días. Sin embargo, esta no acaba de llegar. Las informaciones que han llegado desde varios sitios han sido contradictorias, pero los protagonistas siempre han coincidido en la cercanía del acuerdo.
Nolito tiene contrato hasta el 30 de junio de 2019, y una cláusula de rescisión de 18 millones de euros, que este verano ha sido lo suficientemente disuasoria para que, a pesar de que varios clubes estaban interesados en su contratación, ninguno se atrevió a hacerla efectiva. Así pues, el Celta trabaja con tranquilidad sabiendo que la renovación puede entenderse también como un premio para un jugador que ha ayudado a crecer a la entidad, más que como una manera de retenerlo.
El Barcelona, no obstante, permanece atento a lo que pueda suceder de aquí al mes de enero. Es posible que intentase ficharlo en verano y cederlo para que mantuviese el ritmo de competición, pero el Celta no hubiese aceptado esa opción, por lo que en el mes de enero se volverá a hablar de este asunto. Elevar su cláusula a 25 millones serviría para acallar todos estos rumores, o para que el dinero que dejase el andaluz en la caja celeste fuese un pellizco muy importante.
Esta sería otra manera de crecer, pero en Praza de España prefieren hacerlo con el de Sanlúcar de Barrameda en el vestuario céltico. El jugador, por su parte, también está feliz, así que lo lógico es que se llegue pronto a un acuerdo, aunque este sigue retrasándose más de la cuenta. Por fortuna, el Tucu Hernández ha centrado los debates esta semana, lo que le ha permitido a Nolito vivir un poco más tranquilo.
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