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| Foto: AFP |
A lo largo de esta semana hemos hablado de los mejores jugadores brasileños en la historia del Celta. Uno de los que no entraron en nuestro Top Ten, aunque alguna gente lo solicitaba, fue Rafinha. El hijo de Mazinho, toda una leyenda del celtismo, jugó un año en Vigo, cedido por el Barcelona, donde milita actualmente. Rafinha nunca ocultó su celtismo, lo que ha costado críticas de aficionados barcelonistas en Twitter.
Sirva esto para situar esta noticia en su contexto, por el cariño mutuo que Rafinha tiene por el Celta, y el celtismo por él. Nacido en Brasil, Rafinha tiene un profundo sentimiento por su país natal, a pesar de haber vivido casi toda su vida en España, entre Valencia, Vigo y Barcelona. Durante esta semana ha hecho realidad uno de sus sueños: Debutar con la Canarinha.
Lo hizo en un partido ante Costa Rica, disputando los últimos minutos del encuentro. Saltó al terreno de juego en el minuto 82 en lugar de Luiz Gustavo. Ganó Brasil por la mínima, pero para Rafinha el partido no lo olvidará fácilmente: “Es el día más feliz de mi vida. Imaginé este día en innmerables ocasiones pero la realidad ha sido aún mejor”, apuntó.
Su padre, Mazinho, fue campeón del mundo con Brasil en el mundial de Estadios Unidos, celebrado en 1994, dos años antes de fichar por el Celta. Rafinha pudo elegir entre España, con quien jugó en categorías inferiores, y Brasil, decantándose finalmente por su país de origen, a diferencia de Thiago, nacido en Italia, y que apostó por la selección española.
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