Daniel de Ridder es uno de los futbolistas que, a pesar del tiempo que ha pasado desde su paso por el Celta, y del poco peso que tuvo su participación, ha logrado que su recuerdo perdure entre un sector importante de la afición, que confiaba en sus posibilidades, no exhibidas desde luego en su etapa como jugador celeste.
A Vigo llegó muy joven, y en propiedad. Un gran fichaje del Celta, que logró hacerse con los servicios de una promesa de la prolífica cantera del Ajax de Amsterdam. Luego se supo que aquello no era exactamente así. En lugar del contrato de cinco años, previamente anunciado, la vinculación del jugador no fue más que una cesión por dos temporadas.
A sus 21 años, el Celta era la primera experiencia internacional de Daniel de Ridder, que solo jugó 23 partidos oficiales con el club vigués, anotando un gol, en el Vicente Calderón ante el Atlético de Madrid, participando en la fácil victoria viguesa (0-3) en feudo colchonero. Con el Celta disputó competiciones europeas, pero también vivió un duro descenso, del que no fue responsable.
En el verano de 2007 destacó en el Europeo Sub-21, junto a Drenthe, y fichó por el Birmingham City, coincidiendo con Borja Oubiña. Parecía que comenzaba una prometedora carrera, pero esta nunca llegó. Desde entonces ha jugado en el Wigan, Hapoel Tel-Aviv, Grashoppers, Herenveen, RKC Waalwijk y Cambur, modesto club en el que militó la pasada temporada reduciendo considerablemente sus emolumentos en busca de su revalorización como futbolista.
Por desgracia para el de Amsterdam, y a pesar de tener una buena participación en el Cambuur, esta revalorización nunca llegó, y actualmente se encuentra sin equipo, a la espera de un club que colme sus aspiraciones. Con 31 años no es una situación fácil para un jugador que apunta muy alto, y que acabó teniendo una carrera excesivamente discreta para su calidad.
0 comments:
Publicar un comentario