Gana Mendes


ADRIÁN IRAGO

Santi Mina es ya historia del Celta. El canterano celeste selló esta tarde su nuevo contrato con el Valencia, quien abonará al club vigués la cláusula de rescisión de 10 millones de euros. Una operación sorprendente, protagonizada por diversos actores y que deja una sensación amarga en gran parte del celtismo. Se marcha uno de los canteranos más prometedores que ha generado A Madroa en los últimos tiempos, y lo hace con la decepcionante sensación de haberlo realizado demasiado pronto.

En el momento que Mina unió su futuro a Jorge Mendes era bien sabido lo que terminaría ocurriendo. Más tarde o más temprano, el futbolista vigués acabaría saliendo del club de la mano de su hábil representante. Es el juego de Mendes, un juego del que Mina quiso participar. Un negocio que consiste en mover las fichas a través del tablero y esperar que produzcan réditos. Al futbolista se le ofrecen posibilidades difíciles de alcanzar en brazos de otro gestor, y el tiburón portugués prioriza la caja que genera sobre la conveniencia personal de cada movimiento. Simple.

Pocos parecen ganar a primera vista. Más bien sólo uno: Mendes. El Celta pierde a su perla más brillante a cambio de unos 10 millones de euros que hoy pueden parecer suficientes, pero quizás en un futuro resulten escasos. Una vez más se le escapa un futbolista de la casa por debajo de lo que se podría sacar por él más adelante. No hubo rapidez para renovar a Mina la temporada pasada. Tampoco se apostó lo suficiente. La política de salarios bajos y cláusulas reducidas en los canteranos conduce a esto. Revisar eso también es hacer cantera. Que se lo digan al Sevilla.

Mina tampoco elige a priori la mejor opción. A sus 19 años, el Celta parecía el mejor lugar para crecer. Por fin había conseguido ganarse la confianza de Berizzo y todo parecía indicar que su papel en el Celta 2015-16 sería notable. Ha preferido empezar de cero en un equipo de caché superior y con mayor competencia. Se arriesga al banquillo de un conjunto en el que jugadores como Negredo o Rodrigo no son titulares indiscutibles. Apuesta arriesgada.

La conclusión es que gana Mendes. Y puede que también el Valencia, aunque tendrá que esperar. El representante portugués triunfa sin riesgo alguno. Ha hecho su primer negocio con Mina. Si sale bien, incrementará las ganancias. Si no, traspaso a otro lugar y listo. Así funciona el fútbol hoy en día. Triste, pero real.


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